¡Pare de Bocinar!
Jamás voy olvidarme de una escena que viví cuando era niño y quedó el recuerdo fuertemente en mi memoria. Estábamos en el auto yendo al aeropuerto, y en el camino teníamos que pasar por una enorme y congestionada rotonda que recibía carros de unas cuatro avenidas grandes. Un auto se detuvo averiado en el medio de la rotonda y su conductor intentaba insistentemente de hacerlo funcionar, mientras que un mar de carros se acumulaba detrás de él. El motorista atrás del auto dañado empezó a bocinar tercamente, irritado por la demora. Cuando entonces el conductor del auto averiado salió a su encuentro y calmadamente le dijo: “aquí está la llave de mi auto; usted vaya e intente hacerlo funcionar mientras yo me quedo aquí bocinando”. Varios motivos nos llevan a irritarnos con los otros y hay veces en que nos gustaría atropellarles, pero en el nuevo testamento, el apóstol Pablo nos llama a enfocarnos no solamente en nosotros mismos, más sí, mirar con simpatía también a los otros. Je